Milei rompe todos los puentes de la diplomacia, sé enfrenta con la ONU, rechaza el Pacto de Futuro y crítica a los organismos de crédito
La mayoría de los argentinos, estamos de acuerdo con él lineamiento de la política exterior, de Javier Milei, el apoyo incondicional al pueblo judio y una posición clara y plausible con la guerra del Medio Oriente. Estado democrático o terrorismo de Hamás, Hezbollah, y más, nuestro país víctima del mismo terrorimo, cómo otros en el mundo, y los democratas somos, incondicionales con Israel, aquí no hay grises.
El presidente argentino lanza en Nueva York un durísimo discurso dónde acusa a Naciones Unidas de estar integradas por «burócratas internacionales, que promueven una agenda de corte socialista», retomar éste análisis, (los que no entienden de este oficio , que es él periodismo), qué todo lo qué se dice, tiene qué ser correlativo con las actitudes, y Milei vino, por los burócratas, la casta política, los sindicalistas, motosierra a todos, pero, sus acciones són contradictorias, armó un partido político, negocia con la CGT, y la motosierra no va contra la casta, tiene su propia casta, de familia, amigos, empresarios y periodistas, aunque permanentemente los vive insultando, cada uno sabe a quiénes se dirige.
En Naciones Unidas, con ataques contra todos y los organismos internacionales, supone también la ruptura de los puentes del Estado argentino hacía afuera, de la cumunidad mundial. Las palabras del dirigente ultraderechista van acompañadas de acciones: se negó a suscribir el Pacto de Futuro, que marca la hoja de ruta para afrontar desafíos crecientes cómo el desarrollo sostenible, el cambio climático, y la cooperación digital, entre otros.
El Pacto de Futuro fue aprobado por 143 países entre ellos «Estados Unidos e Israel», los dos faros de Milei, en política exterior, (hay que decirlo todo). Argentina se negó a participar en la votación y su rechazo lo alineó con Venezuela, Irán, Corea del Norte, Haití ,Guinea Ecuatorial, Somalía o Uzbekistán.
En su exposición en la Asamblea de la ONU, Milei elogió el objetivo inicial de este organismo de perseguir la paz en el mundo, pero advirtió que ha mutado para transformarse en un «Leviatán de múltiples tentáculos» qué impone una agenda socialista a sus miembros, «Ha sido reemplazado por un modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales que pretenden imponerle a los ciudadanos de mundo un modo de vida determinado.
El cambio climático, una de las grandes amenazas planetarias y estuvo ausente de mensaje de Milei. Pese a las evidencias aportadas por los cientificos sobre el calentamiento global. Milei lo ha calificado de «otra mentira del socialismo» y se opone a cualquier política de mitigación si supone un obstáculos para el crecimiento económico.
La diplomacia argentina a sufrido cortocircuitos con los dirigentes de España, China (ahora se dio cuenta que tiene que negociar con ellos y hace una explicación ridícula), México, Brasil, Colombia y Chile. Sólo una victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre brindaria a Milei un socio de peso que ahora carece.
En 10 meses ha viajado siete veces a Estados Unidos, su destino favorito, en ningúna de ellas ha sido recibido por el presidente estadounidense, Joe Biden, ni algún funcionario de alto cargo del Gobierno. Su agenda se ha centrado en conferencias en círculos políticos conservadores y económicos y en encuentros con empresarios como el magnate tecnológico Elon Musk.
Milei con sus formas, sus gestos pornográficos y vocabulario zoes, ya no causa gracia, ni a nivel internacional ni nacional.
Las estadísticas del país que gobierna, no son un buen ejemplo para vender sus ideas: la mitad de la población argentina es pobre, aunque venda le baja de inflación con sueldos que no llegan ni a la mitad del índice que indica el INDEC, para no ser indigente, el sacrificio es siempre de los mismos, su falta de empatía, y negacionismo, no le permite ver la realidad a él no, a sus fanáticos.
Disentir con algunas políticas qué pone en marcha el gobierno de Milei, te pone en un lugar de obtrusionista, y no es así, tampoco en diputados, defender sus convicciones, es ser Kichnerista, y desde el oficialismo, ponen a Cristina enfrente, para coaxionar a los aliados, tampoco es bueno. Cuidado, los argentinos de a pie perdieron la paciencia, y ningúno de los dos extremos gana.
