La Rosario de 1940, con un paisaje maravilloso y al mismo tiempo nostalgia, por esa arquitectura de la época, majestuosa, ecléctica, los autos, las calles angostas, las mujeres elegantes, las trabajadoras, apurando el paso, tanto por decir de ésta imágen, pero él tiempo transcurre y el avance de las nuevas estructuras qué se deben acomodar a la modernización, no perdona, y la Rosario qué crece des espalda al Río Paraná, cambia, con nuevos conceptos de urbanización, y modelos urbanos. La imágenes se contrasta, y se abrea hacia el río, el puerto se muda a la zona sur de la ciudad, las estructuras portuarias y del ferrocarril se reciclan , y aparece una imponente muralla de edificios, modernos, lujosos, con alta tecnología qué se contrata con el Parque España, con un atractivo balcón al río, mimetizandoce con la arquitectura de apertura al gran Paraná, y una construcción qué acompaña la barrancas con la vuelta al ladrillo visto, rústico, qué se diferencia de la gran pantalla con materiales propios de los edificios inteligentes de esta época.Primera entrega de Rosario: una ciudad para compartir.