Con un discurso centrado en el nacionalismo y el liderazgo europeo frente a Estados Unidos, Karol Nawrocki ganó las elecciones presidenciales en Polonia por un estrecho margen. Su victoria abre un nuevo capítulo en las relaciones internacionales, marcadas por tensiones con Ucrania, reclamos a Alemania y un acercamiento explícito a Donald Trump.
Una elección reñida y un mensaje claro
Karol Nawrocki, de 42 años, fue electo presidente de Polonia tras imponerse en la segunda vuelta con el 50,89% de los votos, frente al 49,11% obtenido por su rival liberal, el alcalde de Varsovia Rafał Trzaskowski. Respaldado por el partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), Nawrocki se impuso con una plataforma nacionalista, resumida en su eslogan: “Polonia primero, los polacos primero”.
Nacionalismo, migración y una visión crítica hacia Ucrania
Durante su campaña, Nawrocki prometió continuar apoyando a Ucrania contra la invasión rusa, pero al mismo tiempo cuestionó los beneficios sociales otorgados a los refugiados de guerra. En abril, afirmó en un video: “Los beneficios sociales serán ante todo para los polacos”. En mayo, redobló la apuesta al acusar al gobierno ucraniano de “insolente” y se manifestó en contra de la incorporación de Ucrania a la OTAN.
Estos dichos, que generaron tensiones diplomáticas, revelan una visión de política exterior más orientada a la defensa de intereses nacionales que a la integración regional.
Un aliado de Trump en Europa del Este
Nawrocki ha expresado en varias oportunidades su admiración por Donald Trump y apuesta por que Polonia se convierta en el principal interlocutor europeo de Estados Unidos. En mayo pasado se reunió con el presidente estadounidense en la Casa Blanca, quien, según Nawrocki, le habría dicho: “Vas a ganar”. En las imágenes oficiales, ambos aparecen sonrientes haciendo el gesto de aprobación con el pulgar.
Este acercamiento, que algunos legisladores europeos han criticado como interferencia electoral, anticipa un posible reposicionamiento estratégico de Polonia como principal socio de EE.UU. en Europa del Este, en detrimento de Bruselas y Berlín.
Tensiones con Alemania y una agenda revisionista
Otro eje de su campaña fue su postura crítica hacia Alemania. Nawrocki propuso implementar controles fronterizos con el país vecino para frenar la migración y exigió reparaciones económicas por los daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial. Además, firmó un documento en ocho puntos propuesto por el líder de la ultraderecha polaca, Slawomir Mentzen, lo que consolidó su alineamiento con sectores radicales.
Escándalos, contradicciones y acusaciones
La campaña de Nawrocki no estuvo exenta de polémicas. Declaró públicamente tener una única propiedad, pero luego se descubrió que había adquirido un segundo inmueble en condiciones poco claras. Además, fue acusado en un informe periodístico de haber organizado “servicios especiales” con mujeres mientras trabajaba como guardia de seguridad en un hotel. El presidente electo negó rotundamente estas versiones y prometió demandar al medio responsable.
De historiador a figura política
Nacido en la ciudad portuaria de Gdansk, Nawrocki tiene un doctorado en Historia, un MBA y una carrera vinculada a la memoria nacional. Fue director del Museo de la Segunda Guerra Mundial y actualmente lidera el Instituto de la Memoria Nacional, encargado de investigar crímenes cometidos durante los regímenes nazi y comunista en Polonia. Su foco académico se ha centrado en la resistencia anticomunista, el crimen organizado y el deporte bajo el comunismo.
En 2024, Rusia lo incluyó en su lista de personas buscadas, acusándolo de desmantelar monumentos soviéticos en Polonia. Nawrocki respondió obteniendo una licencia para portar armas, argumentando que su seguridad estaba en riesgo.
Una figura controversial y multifacética
Además de su carrera política y académica, Nawrocki publicó varios libros bajo el seudónimo de Tadeusz Batyr, entre ellos una obra que generó controversia por su contenido sobre el crimen organizado. Aunque intentó desvincularse de la autoría directa, investigaciones periodísticas revelaron que ambos nombres pertenecían a la misma persona.
Asimismo, ha sido señalado por presuntos vínculos con grupos criminales y neonazis, acusaciones que él ha desmentido calificándolas como “una manipulación profunda”.
El impacto global de su presidencia
La llegada de Nawrocki al poder plantea interrogantes sobre el futuro de la integración europea, las relaciones con Rusia y el rol de Estados Unidos en Europa del Este. Polonia, con una frontera directa con Ucrania y Bielorrusia, se convierte en un actor clave del nuevo orden mundial que parece reconfigurarse bajo la influencia de líderes nacionalistas y discursos anti-globalización.
Si bien Nawrocki ha prometido ser un “presidente fuerte para tiempos difíciles”, su postura desafiante y su cercanía con Washington podrían poner en tensión los delicados equilibrios diplomáticos de la región.