Refugio

Mamad es una habitación reforzada o cuarto seguro indispensable en la sociedad israelí. Una innovación pensada en la sobrevivencia y en los ataques de quienes no toleran la existencia del Estado de Israel. Los cuartos sonun resguardo para sus habitantes. Las sirenas y notificaciones comunican el desplazamiento a los refugios.Es un espacio adaptado para protegerse de los bombardeos. El traslado es vital y ajustado a un protocolo.Como toda construcción humana no es infalible, pero permite disminuir considerablemente la fatalidad. Las corazas defienden a su pueblo y a los residentes mundiales en Israel. Los escudos y paredes no preguntan el credo niel origen. El monitoreo ante posibles ataques del entorno hostil, es permanente.
​Nadie quiere la guerra en sus fronteras. Los daños no son sólo físicos, hay secuelas y heridas que la sociedad israelí conoce perfectamente. No olvidemos que los ataques de Irán apuntaron a la población civil, sin lacondena del progresismo ni la invocación de los derechos humanos, tampoco hubo marchas en contra de Irán. Es que existe otra guerra: “la mediática y la del relato”, en la cual,los prejuicios se confunden con los argumentos. En esa guerra, Israel es el malo de la película. Tras 12 días de ataques en contra de Irán, ese “gran promotor de sus enemigos más cercanos”, no pocos vieron en el régimen iraní una nueva víctima del maléfico Israel. Ahora, sonacusados de nazis, una “inversión” riesgosa y acrítica que, suena bien en el relato, pero es una manipulación distanteal debate y la reflexión histórica. Abandonar el refugio del pensamiento crítico y la búsqueda de la verdad, es riesgoso humana y socialmente.
Hoy, existe un “visto bueno de la época”, es decir,una masa que va con la corriente del relato, y consiste en estar en contra de Israel, mediante sesgos y reduccionismos, “todo es discurso”. La moda discursiva ve en blanco y negro, acusa y condena a priori a la estrella de David. Son tiempos de la “no conciencia” y sin límites, lo que lleva, a no pocos, a apoyar lo absurdo. Desde el relato y la imaginación, varios victimizaron al régimen iraní, olvidando que, Irán y su fanatismo islámico, además de segregar y discriminar a su población, es un enemigo de Occidente y sus libertades. El Ayatolá concentra el poder total hace 36 años. Es jefe de Estado, comandante del ejército y de la Guardia Revolucionaria de Irán. Un opositor declarado de Estados Unidos y de Israel,contrario al mundo libre.
La República Islámica ha declarado su intención de eliminar del mapa a Israel. Un antisemitismo desde la cabeza de la serpiente que no pocos apoyan. Durante el año 2017, se instaló un reloj en Teherán, una cuenta regresiva y dos puños atravesando la bandera israelí. Otro símbolo explícito de odio y su objetivo de eliminar a Israel en 2040. La “desaparición de Israel es inevitable”. Un mensaje de incitación al odio que tras llamadosinternacionales siguió en pie, finalmente fue destruido por la fuerza. Esta vez, David venció al Goliat iraní. La honda y la piedra de fabricación norteamericana fueron el tiro de gracia al plan nuclear tras la “Operación Martillo de Medianoche”.
Nuestras libertades son un refugio frente a los fundamentalismos de todo tipo. Occidente se nutre del legado judío, en lo material e inmaterial, el cual nos aconseja en lo existencial y doméstico: “si un ideal está más allá de su alcance, esfuércese hacia él, en lugar de comprometer el ideal para ponerlo a su alcance”. En Chile, el jefe de Estado, decidió importar una guerra. Su paradigma antiimperialista y antisemita lo atrapa en el mapa geopolítico. Boric sigue sin entender el siglo XXI. Los responsables de la defensa nacional no pueden estar “cegados por sus ideologías”. Para todos lo demás extravíos de esta generación gobernante, existe Waze, esa aplicación de navegación de origen israelí, al servicio de todos.
Rodrigo Ojeda – Profesor de Historia
Karla Gaona – Periodista ecuatoriana en Israel