Al exentrenador de Central atraviesa un nuevo problema médico
Miguel Russo, actual director técnico de Boca Juniors, fue internado el martes 2 de septiembre en el Instituto Fleni, en el barrio porteño de Belgrano, luego de detectarsele una infección urinaria durante un chequeo médico de rutina. El técnico, de 69 años, permanecerá bajo observación por al menos 24 horas para recibir antibióticos por vía intravenosa y garantizar una recuperación rápida y segura.
Fuentes del club informan que, a pesar del cuadro, Russo se encuentra estable, acompañado por su familia y bajo un fuerte control médico . Durante su estancia en la clínica, el cuerpo técnico de Boca continuará su trabajo en el Predio de Ezeiza, bajo la conducción interina de Claudio Úbeda.
Este episodio revive la preocupación por el estado físico del entrenador, quien el último fin de semana fue captado aparentemente quedándose dormido en pleno partido, una imagen que generó alarma entre los hinchas y medios. “Lo veo muy cansado… lo veo demacrado. Él viene de una enfermedad”, expresó Hugo Gottardi, exayudante de Miguel.
Los problemas de salud de Russo ya se habían empezado a ver presentes durante su última etapa en Central y su actual estado vuelve a poner en el centro del debate una pregunta delicada: ¿es prudente que Boca sostenga a Russo al mando, pese a sus claros problemas médicos? Por un lado, su trayectoria, vínculo emocional con el club lo avalan. Pero incluso quienes reconocen esto, no dejan de lado la preocupación: ¿está su estado físico a la altura del exigente rol?
El club debería abrir un debate serio e informado. Por un lado, contar con un técnico del reconocimiento de Russo representa estabilidad, experiencia y un fuerte lazo emocional con los futbolistas y el mundo Xeneize. Por otro, su salud hace que cada episodio de debilidad se vuelva motivo de atención. Tal como señaló Gottardi: “Llevar a Boca en la espalda es como arrastrar un camión”.
Más allá del rendimiento deportivo, debería primar la salud del entrenador, garantizando que cualquier decisión esté tomada desde el cuidado y no solo desde la convicción futbolística.