A pocos meses del 80º aniversario del bombardeo atómico de Hiroshima, el emperador Naruhito visitó la ciudad para rendir homenaje a las víctimas y reforzar su mensaje de paz y memoria, acompañado por la emperatriz Masako.
El emperador de Japón, Naruhito, acompañado por la emperatriz Masako, visitó Hiroshima en un gesto de profundo respeto hacia las víctimas del bombardeo atómico que devastó la ciudad el 6 de agosto de 1945. La pareja imperial realizó una reverencia ante el cenotafio conmemorativo y depositó flores blancas, símbolo de paz y luto.
La bomba lanzada por Estados Unidos sobre Hiroshima provocó la muerte de 140.000 personas, en su mayoría civiles. Tres días después, Nagasaki sufrió el segundo ataque atómico, dejando otras 70.000 víctimas fatales. Estos eventos precipitaron la rendición de Japón el 15 de agosto, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.
Desde el inicio de su reinado en 2019, Naruhito ha hecho hincapié en la importancia de transmitir el recuerdo de la guerra a las nuevas generaciones. En Hiroshima, reiteró su compromiso con la memoria histórica como herramienta para construir un futuro en paz.
Durante la visita, el emperador y la emperatriz recorrieron el Museo Memorial de la Paz y observaron exhibiciones de la organización Nihon Hidankyo, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2024. También se reunieron con sobrevivientes del bombardeo, conocidos como hibakusha, y con jóvenes narradores que se han formado para contar sus historias en su nombre.
Este fue el tercer viaje conmemorativo de Naruhito en lo que va de 2025. En abril, la pareja visitó Iwo Jima, donde homenajearon a los 20.000 japoneses y 7.000 soldados estadounidenses que murieron en la batalla de 1945. A comienzos de junio, viajaron a Okinawa, escenario de uno de los combates más sangrientos del Pacífico, que dejó un saldo de 188.000 muertos, la mitad de ellos civiles.
Allí, Naruhito estuvo acompañado por su hija, la princesa Aiko, con la intención de que conozca el sufrimiento del pueblo okinawense y asuma el compromiso de mantener viva su memoria.