El pasado jueves, el Movistar Arena de Buenos Aires fue testigo de una velada inolvidable, marcada por la energía, la emotividad y la conexión única entre Keane y su público argentino. En su quinta visita al país, la banda inglesa celebró los 20 años de Hopes & Fears, su emblemático álbum debut, con un show de casi dos horas y media que combinó éxitos atemporales y sorpresas musicales, reafirmando el lazo inquebrantable con sus fanáticos locales.
El espectáculo comenzó con la actuación de Paz Carrara, joven cantante cordobesa que, junto a su banda, presentó un set íntimo y melódico. Interpretó canciones de sus dos discos, dejando en claro su potencial para consolidarse como una de las promesas de la escena musical nacional.
Pasadas las 21, Keane subió al escenario liderado por un carismático Tom Chaplin, quien junto a Tim Rice-Oxley (piano), Richard Hughes (batería) y Jesse Quinn (bajo), desató la euforia del público con “Can’t Stop Now”. A partir de ahí, una seguidilla de clásicos como “Silenced By The Night”, “Bend and Break” y “Day Will Come” transformó el estadio en una fiesta cargada de saltos y coros apasionados.
Entre canción y canción, Chaplin se dirigió al público con calidez y gratitud, destacando la conexión especial con Argentina: “Vamos a cantar más canciones que en cualquier otro show porque Argentina es muy especial para nosotros”. Y cumplieron. Temas como “Your Eyes Open”, “Spiralling” y “The Frog Prince” se sumaron al repertorio, junto a momentos memorables como “Everybody’s Changing”, coreada a viva voz por el público, y “The Way I Feel”, que marcó su regreso tras un impasse de cinco años.
El recital también tuvo instantes de introspección. “Hamburg Song” y “Untitled 1” ofrecieron un respiro emocional, mientras que “Snowed Under”, interpretada a pedido de una fanática, regaló una joya para los seguidores más acérrimos. No faltaron los gestos especiales, como la felicitación a Argentina por la obtención de la Copa del Mundo 2022, ni los grandes éxitos que consolidaron a la banda, entre ellos “Crystal Ball”, “This Is the Last Time” y “Somewhere Only We Know”, que desató una ovación masiva.
El cierre estuvo a la altura de la promesa. Tras una breve pausa, la banda regresó para interpretar siete canciones adicionales, incluyendo un emotivo cover de “Under Pressure”, que demostró una vez más la potencia vocal de Chaplin. “We Might As Well Be Strangers”, “Sovereign Light Café” y “Bedshaped” marcaron el broche de oro de una noche que quedará grabada en la memoria de todos los presentes.
Con 28 canciones en el repertorio, Keane no solo reafirmó su lugar en el corazón de los argentinos, sino que también dejó un mensaje esperanzador: prometieron regresar pronto y anunciaron que están trabajando en nueva música.
En definitiva, fue una noche mágica que celebró dos décadas de historia, sin dejar de mirar al futuro. Keane sigue siendo sinónimo de nostalgia, pero también de vigencia y creatividad. La relación entre la banda y Argentina es un romance que, lejos de apagarse, se renueva con cada visita.